Vera está en el corazón del norte de Santa Fe. Es la cabecera del departamento que lleva su nombre, a 256 kilómetros de la capital provincial y a 705 de Buenos Aires, sobre la ruta nacional 11, en el kilómetro 722.

Orígenes y sueños

La ciudad nació a fines del siglo XIX, en tiempos de grandes transformaciones para la Argentina. El norte santafesino era entonces un territorio casi deshabitado, cubierto de bosques y atravesado por caminos difíciles. La expansión de la frontera y, más tarde, la llegada del ferrocarril fueron los motores que hicieron posible el surgimiento de Vera.

En los censos de 1887 y 1895, la zona aún aparecía como “despoblada e inexplorada”, habitada por los pueblos originarios del Gran Chaco. La explotación maderera atrajo a colonos y empresarios, y los primeros aserraderos dieron origen a los primeros asentamientos estables.

De plano oficial a ciudad con nombre

En 1892, Eugenio Alemán presentó los planos para la fundación del pueblo. Ese mismo año, el gobernador Juan M. Cafferata aprobó la traza el 23 de junio, fecha que hoy se considera fundacional.

El crecimiento inicial se consolidó gracias a las donaciones de terrenos de las familias Leiva, al sur, y Arronga, al este, que ampliaron el plano urbano original.

El nombre del pueblo cambió varias veces: comenzó como La Curva, luego se llamó Jobson, después Jobson Vera, más tarde Gobernador Vera, hasta quedar definitivamente como Vera.

De comuna a municipio

Vera fue comuna desde el 18 de enero de 1894 hasta el 24 de junio de 1954, cuando se convirtió en municipio. José García Blasco, quien presidía la comuna, pasó a ser el primer intendente de la ciudad.

Voces, barrios, tradición

Vera celebra a su santo patrono, San Juan Bautista, cada 24 de junio, una fecha que une historia, fe y comunidad.

Los barrios que hoy le dan identidad a la ciudad son muchos: Centro, Itatí, Itatí San Martín de Porres, Jobson, Hospital, Sección Quintas, San Francisco Solano, Santa Rosa, Triángulo, Martín Fierro, entre otros.